martes, 6 de enero de 2009

El amor es... Bizco?

El amor es…. Bizco?

Metía un ojo y era lo único “fuera de lugar” en ella, y con los lentes que usaba no se le notaba tanto.
Rubia, ojos azules (cuando sacaba el otro se notaban más añiles), un cuerpecito en las etapas finales del desarrollo, cuando todo esta en su sitio y su piel muy blanca como la yuca sin cáscara. Sí, era bonita.

Un día me dijeron que yo no le caía mal, pero por miedo a los relajos siempre sacaba a relucir la cualidad física predominante en ella, -Pero es bizca!!! Decía para zafarme del asedio de la crueldad infantil reinante en esos tiempos.

Me intrigaba la ventaja que tendría si la besaba a escondidas, ella podría cerrar un ojo y con el otro vigilar que no viniera nadie a interrumpir nuestro idilio.

La verdad era que me gustaba y comencé una campaña secreta para poder hacer una junta con ella, de ombligos. Me dio brega porque yo estaba pasando por una etapa crucial en el desarrollo de todo hombre; la edad del pavo.
Pero Dios me dio la oportunidad perfecta para poder hablar con ella. Uno de sus abuelos estiró la pata, y así la noche del velorio entre malos cuentos y café, decidí llevarla a un rincón para hacer realidad la travesía bizcal.
Que error!!! Aparte de que ella esa noche como que no estaba en mí, y justamente cuando le iba a decir tú me gustas, salio a flote mi pavo interno y todo se me trabó, parecía como cuando se le pone el Mute al televisor, mi boca se movía pero nada, ni una palabra.
Ese minuto se hizo eterno, el silencio nos arropó, la veía y ella a mí con un ojo, no sé que miraba con el otro. Hasta que como un trueno salio de su boca:-Me voy, tu no estas en nada!!
Y así fue que todo sucedió, me sentí humillado y derrotado.

Los años han pasado, supe que se opero los ojos, se casó y tuvo niños.

Y quedó sin cumplir una de mis fantasías: agarrar a la bizquita rubia.